LISE MEITNER
(1878 - 1968) Física.
Lise Meitner nació en Viena en 1878 en el seno de una amplia familia judía. Philipp Meitner, padre de Lise Meitner, cursó estudios jurídicos, ejerció como abogado, pero su transcurso profesional no se quedo ahí, sino que realzó y animo a sus hijos y hija a seguir sus pasos. Una vez más podemos ver como sin el apoyo familiar Lise Meitner no hubiera podido estudiar, ni formarse académicamente.
L. Meitner comenzó sus estudios universitarios en 1901. Las clases del físico Ludwig Boltzmann le iniciaron en un mundo que la fascinó. Al no discriminar a las mujeres y aceptar su integración en sus clases, Boltzmann forjó una comunidad científica a la que L. Meitner se unió. Debido a su limitación académica en Viena, decidió mudarse a Berlín y seguir sus estudios en radioactividad.
Una vez en Berlín acudió a la universidad de Max Planck, quien no dejaba entrar a mujeres a sus clases, pero reconoció rápidamente el talento de Lisa Meitner y le permitió asistir. Otto Hahn pidió de forma voluntaria trabajar mano a mano con L. Meitner. Así dio comienzo una amistad que duraría 30 años. Pero en el laboratorio no podían haber más mujeres de las que habían. Lise Meitner tuvo que hacer sus investigaciones en un sótano.
Gracias a una invitación de Planck en 1912, Einstein conoció a Meitner, a la que denominaba cariñosamente “nuestra Marie Curie”. En 1919 fue la primera mujer que obtuvo la plaza de profesora de universidad, y la Asociación de química alemana condecoró a Hahn con la medalla Emil Fischer. El tribunal ofreció una copia de la medalla a Meitner pero sin un reconocimiento explícito de su contribución. Lise no dijo nada, simplemente no fue a la ceremonia a recoger su copia. En 1917 consiguió la creación del Laboratorio Meitner y perfeccionó la técnica de preparación de muestras de Otto Hahn. En 1918 mandaron conjuntamente un artículo sobre el descubrimiento del proactinio en el que consta Hahn como investigador principal. Esta situación era admitida por Meitner como fórmula de agradecimiento hacia Hahn y como manera de compensar la pérdida de años de investigación por su permanencia en el frente de guerra.
En 1947 Otto Hahn recogió el Nobel y no mencionó en absoluto los treinta años de colaboración que pasó junto a Lise. Este fue un duro golpe para Lise, y distanció a los dos científicos para siempre. Lise fue entonces consciente de que jamás podría volver a Alemania, que se sentía incapaz de reconocer el país que una vez fue su hogar. Al terminar la guerra, tampoco sus antiguos compañeros trataron de hablar con ella o sugerirla que volviera, a pesar de conocer su precaria situación en Suecia.
Meitner, a pesar de no recibir el Nobel, tuvo muchos otros reconocimientos a su carrera: el premio de la ciudad de Viena a la ciencia en 1947, la medalla Max Planck en 1949, el premio Otto Hahn en 1955, la medalla Wilhelm Exner en 1960, la medalla Dorothea Schlözer de Göttingen en 1962 y muchos galardones más. En 1966 Hahn, Meitner y Strassman recibieron el famoso premio Enrico Fermi. A pesar de que Otto Hahn intentó que Meitner no recibiera tal reconocimiento, Strassman no lo permitió. En su honor también se llamó Meitnerio al elemento químico 109.
En 1960 se trasladó a Cambridge para estar cerca de su familia y falleció en 1968 a sus 90 años.

